Ley de Shadow: Capítulo 4 - La despedida de la chica de los cabellos rojos

Yverdón - 10 años.

El pensamiento que les debo dice así:

•"La malicia se refleja en los ojos de quien la ve, porque aquel que la observa es el mismo que no hace nada para detenerla”.

Esto que menciono era exactamente lo que me estaba pasando, porque vi nacer mi lado maligno y no hice nada para detener su avance, en consecuencia, la maldad me invadió y solo pude ver como lo hacía, como me corrompía, como se caía pedazo a pedazo todo lo bueno de mí ser.

Al día siguiente, se pudo sentir el cambio de mi persona, porque no hablaba con nadie, contestaba cosas escolares mal pero a propósito, comencé a insultar a la gente sin razón, todo lo hacía “mal” a propósito y yo solo, y al que intentaba ayudarme acercándose a decirme algún tipo de consuelo le salía con una patada por ese… culto… y todo esto empezó por tan solo 3 palabras, que de verdad, mataron casi todo lo bueno y admirable que poseía.

Me dio la impresión de que la chica pelirroja se había percatado de mi cambio y digamos que intentó “Remediar” las cosas, pero ahora se invirtieron los papeles, porque era ella quien intentaba saludarme, pero yo pasaba de largo y trataba de no verla y no decirle nada.

Hice demasiado mal a muchos chamos, le metía el pie a las personas cuando pasaban, también los insultaba, casi llegué a golpear a alguien que me tenia fastidiado, la gente se alejó de mi y no los culpo… pero yo quería venganza (Si digo “queríamos venganza” no es por sonar loco, es que en serio, yo sentía que había una voz que me decía que teníamos que hacer ciertas cosas, teníamos que vengarnos y solo así nos sentiríamos mejor, después de mucho pensarlo ahora que estudio psicología, concluyo que era tan desconocido para mi el odio y la malicia, que dentro de mí decidí verlas como alguien mas que simplemente me decía que hacer para alcanzar la añorada paz tras el dolor de quien se interpusiese entre mi objetivo y yo). Lo cierto es que era demasiado tarde para disculparme con todos aquellos a quienes había tratado mal, porque ya todo era instintivo y me dejé llevar por los acontecimientos. Pero cuando iba por los peces más gordos de mi venganza (La chica pelirroja y Yoraco), que en efecto era el punto más crítico y delicado de mi crisis, Miroslaba se quedó conmigo un recreo y me enseñó la lección de vida más importante que yo pueda recordar… la cual era la siguiente (un dialogo que decía algo así): -Créeme que yo sé lo que te pasa, y de verdad lo siento mucho, pero esa no es la manera más indicada para salir adelante…, la venganza solo va a ocasionar estragos en tu vida porque ahora tu estas ciego de ira y tristeza, cosa que no te permite ver bien las cosas… recuerda que:

“La fortaleza de un individuo no se mide por el peso que sus brazos puedan levantar, sino por la voluntad y determinación para salir adelante sea cual sea el problema que se afronte, si te caes en el camino de la vida, levántate, porque la meta valdrá la pena”.

Esas palabras me cambiaron la  vida (lo juro), porque después de eso me disculpé con casi todas las personas a quienes había insultado (excepto con la chica pelirroja y con Yoraco porque aprendí a tener orgullo), aunque en el fondo quería de verdad disculparme con ella pero me daba mucha pena porque la ignoré muy feo. Por otro lado, me dejaron repetir las pruebas que raspé y conseguí sacar 18 y 20 (Genial!!!!).

Hubo un día en especial en el que me pude dar cuenta de lo mal que me había portado con ella por lo siguiente: En cierta ocasión, se celebró la semana del colegio, y junto a José (otro buen amigo pero este estaba en 5to grado) me tocó realizar la carrera de obstáculos en representación del equipo rojo (el colegio entero se divide en 4 colores que se van a realizar una serie de juegos para decidir quién es el mejor equipo), este juego era especial porque de el mismo dependía que equipo ganaba definitivamente. José y yo participamos y ganamos haciendo el mejor tiempo, cuando nos proclamaron ganadores, todos los rojos vinieron y se abalanzaron sobre nosotros, pero cuando pude zafarme de toda esa muchedumbre, vi que al fondo una personita se había quedado sola viendo a lo lejos, ella me vio y no me vino a decir nada, solo se fue caminando y ya, yo quería decirle que lo había hecho por ella.

Lo cierto es que yo estaba arrepentido porque no podía soportar su indiferencia, en dado caso era yo el que tenía que serle indiferente pero me importaba demasiado como para seguir en esas, yo ya la había disculpado aunque nunca se lo dije… porque yo la quería mucho, estaba enamorado hasta el cuello.

Pero la única verdad es que mi temerosidad y mi orgullo, lo único que hicieron  fue indicarle a chica pelirroja el camino hacia Yoraco, quien al parecer fue el único que saco provecho de todo, porque un día me lo vino a echar en cara: -“Angel te tengo una noticia buenísima… la pelirroja aceptó ser mi novia”. Ella mucho tiempo después me aclara que eso fue mentira, pero ¿cómo distinguir de lo correcto e incorrecto en un momento como ese?

Y así, en un abrir y cerrar de ojos (si…claro) ya me encontraba en el último día de clases, el día en el que ya todos nos estábamos despidiendo, porque al día siguiente era la premiación de los que habían obtenido notas entre 19 y 20 puntos en el auditórium del INCE. Lo bueno es que decidí ya no tener mas rencor hacia Yoraco porque ya este año se había terminado y con vengarme no iba a sacar ningún provecho de todo eso (La vida algún día pasa factura como el SENIAT)… pero a ella no le pude decir nada...

En el último día que logré ver a la chica pelirroja, yo estaba en el auditórium del INCE sobre una tarima de frente a todos los representantes, junto con Valentina (Mi conciencia, te quiero mucho corazón), Nandy (después hablo mas de ella), Pedro (El glade toque ajajajajaja) entre otros mas. Y justamente allí, en el momento en el que comenzábamos a bajar, vi a la linda pelirroja entrar al auditórium con un traje negro que la hacia ver bellísima. Yo había subido de primero y baje de último porque los ojos se me habían convertido en 2 corazones y no podía dejar de mirarla, tanto así fue que la directora me tuvo que dar un empujoncito porque se me pasó el tiempo mirándola.

Al final del evento, ella se acercó a mí y me felicitó por su propia voluntad, y eso me dio pie para pensar que todo se había arreglado y me pasé todas las vacaciones pensando en cómo debía hacer ahora en 5º grado para poder ser aunque sea su amigo, y eso hice porque no tenía su número telefónico ni su dirección,  aunque ahora que lo recuerdo, una vez corrí detrás de la camioneta de su padre y solo logré llegar hasta la esquina del colegio Los Rosales a ver si lograba ver donde vivía (jajajajajajaja que buuuuurrrrooooo).

Pasaron las vacas, y al regresar al colegio, después de la distribución quedé en el salón de la sección “A” en 5º grado, como ella no estaba en ese salón, fui a ver al salón correspondiente a la sección “B”, y solo me pude dar cuenta de lo que pasaba cuando Nandy y Valentina me dijeron: “Lo sentimos amigo… pero ella ya no estudia aquí”…

Cap 4... Fin.