miércoles, 7 de septiembre de 2011

Nulidades y de más: Como un piloto con su carrito

Mientras preparo bien lo que son los próximos proyectos que tengo por aquí para mostrarles, me llamó la atención que justamente hoy Facebook me hizo una especie de recordatorio sobre algo que escribí hace exactamente un año y me puse a leerlo de nuevo. Naturalmente me di cuenta que la perspectiva en la que vi esto es muy diferente pero me pareció una bonita historia con una linda moraleja que puedo compartir con todos ustedes. Así que hoy quisiera ofrecerles esta perspectiva que tuve sobre cierto tipo de acontecimiento que unos que otros pudimos haber vivido:
Hace varios días tuve una especie de... Insight, y asocié la idea de las relaciones de pareja como cuando uno está emocionado porque se compra un carrito (No importa nunca la marca, ni el color, sino lo emocionados que estamos porque de ahora en adelante nos trasladaremos de un lugar a otro con un carrito, así como todo lo que representa). Procedo a explicar la idea.

Tu eres tu, yo soy yo, la persona hacia quien experimentas hermosos sentimientos es esa persona... entonces... ¿Qué es el carrito?

Yo lo estaba pensando así y se me ocurrió que hay carros de muchas clases: Están los deportivos, los familiares, los destartalados, los viejitos, los mas nuevos, las camionetas 4x4, los volkswagen, las hummer. El carrito que tu quieras ese será, pero para los fines de la presente reflexión el vehículo es ese vínculo que exista entre la persona a la que quieras y tu, es decir, eso que ambos comparten, o mejor dicho, eso que tu le ofreces a esa persona a la que quieres.

Muchos autores hablan sobre las distintas etapas del enamoramiento y sobre las cosas que suelen ser mas comunes en cada una de ellas. A la hora de comprar tu carrito, tu ofreces en la vida real (comprar un carro de verdad) un precio o sutilmente "Una módica suma" por la adquisición de tu vehículo, quizá en un principio lo que tu puedes ofrecer no alcanza para el carrito que tu estabas esperando pero una vez que ya has comprado tu carro y comienzas a moverte con el, ya ese es tu bien y sea como sea comienzas a tenerle amor a tu carrito al punto en el que ya sientes que es un miembro de la familia o algo así (Lo digo porque he visto a más de unos que dan la vida por sus carros, prefieren ser atropellados a que choquen su vehículo). Hablando de estas cosas donde yo hago la analogía creo que muchos podrán pensar que también puede que pase así con la idea del carrito que yo propongo y es muy válido, de hecho muchas veces nuestros sentimientos los ponemos por encima de nosotros como personas que representan muchas cosas mas.

Bueno ahora que ya saben quien es cada uno y que es el carrito exactamente, viene la parte donde la analogía ilustra a 2 personas viajando en el carrito, es decir, 2 personas que comparten un sentimiento (el conductor depende de quien lo vea), el sentimiento les permite viajar juntos a lo largo de muchos caminos que se traducen en la vida que comparten, es decir, el carrito se convierte en el medio o los sentimientos que los unen a ambos.

La analogía lleva ahora a la parte que se traduce en la presente imagen. Van estas 2 personas en el carrito transitando por una especie de vía que tiene paisajes muy bonitos como montañas, llanuras... en fin es un viaje largo, pero como a todas las parejas les suele ocurrir (o al que maneja), llegó un momento en el que el carrito prendió una luz que dice que había que revisar el motor, por lo que las personas tuvieron que detenerse a un lado del camino que aunque era bonito, estaba en cierto modo solo y alejado. Cuando el que iba conduciendo se baja y abre el capot, se da cuenta que el carrito está recalentado y que si quieren continuar viajando tendrán que esperar a que al mismo se le pase la calentura como para poder acercarse a un lugar donde podrán atenderlo mejor y arreglar cualquier falla que de momento está presentando. Resulta ser que al carrito le está tomando más tiempo del que se esperaba y las personas comienzan a sentirse un tanto incómodas por estar viviendo una situación que no es tan grata.

El caso es que la historia comienza a tornarse triste cuando allá a lo lejos, estos 2 seres ven que se acerca otro carrito piloteado por una sola persona y que se detiene junto al carrito accidentado. Esta persona abre la puerta y desde dentro del carro le dice a la acompañante del dueño del carrito accidentado que entre con confianza que el la llevará al lugar que ella desee. Sin ánimos de malinterpretar, esta persona que ha sido invitada ya conocía al dueño de este carro, razón por la cual ella se sube sin ningún inconveniente, pero en el momento en el que ella se sienta, se cierra la puerta de este carro y simplemente se van de allí dejando el otro carrito accidentado y al dueño del mismo allí en medio de la bonita nada por llamar de algún modo ese lugar.

Un piloto y un carrito abandonados ahora... puedo decirles que de verdad ese personaje quedó muy triste después de haber presenciado dicha escena (creo que ya ustedes se imaginan las razones por las cuales lo digo). La analogía no es bonita en este momento porque lo que está ante sus ojos es la imagen de una persona sentada a un lado del camino esperando a que su carrito se le pase la calentura para aventurarse a irse a cualquier lugar mejor... sea como sea, lo cierto es que ahora ese carrito ha quedado con un puesto vacio y el dueño ya en cierto modo ha comenzado a pensar que no ha tenido sentido hacer este viaje tan largo porque ahora ya la persona no está y para mas ñapa, el carrito esta tan mal que le sale taller.

Tomó mucho tiempo, pero para sorpresa de la persona que estaba allí, venía otro carrito acercandose por ese mismo camino y se detuvo justo al lado de nuestro carrito accidentado de la historia. De allí se bajaron 2 personas y ofrecieron al viajero ayudar a reparar su carrito compartiendo algunos repuestos que tenían en el suyo como precaución, el caso es que lo llenaron de agua nuevamente, verificaron el motor, las bujias (que es la cosa que a veces echa mas vaina), los cauchos, y se dieron cuenta que el carrito no estaba pasando por tan mal estado, pero como se estaba haciendo de noche, y aún el piloto y el carrito no estaban en condiciones de moverse, esta pareja decidió llamar a algunas personas más para que vinieran al camino e hicieran compañía, por lo que la escena del carrito solo cambió por otra donde a un lado del camino, estaban estacionados 2 carritos y venian otras personas mas manejando para ayudar a las que estaban allí. Resultó que al final se conglomeraron muchos más carritos en ese lugar y el piloto accidentado se comenzó a dar cuenta de que él y su carrito eran muy importantes para otras personas, tan al punto que estas personas accedieron a sacar de sus propios vehículos implementos con la finalidad de ayudar al carrito accidentado a que pudiera moverse, para que así el piloto que se quedó solo pudiese ir a un lugar mucho mejor y darle la atención adecuada a su carrito.

Durante ese tiempo el piloto pensó en todas las cosas las cosas bonitas que se vivieron con ese carrito, y aunque no podía evitar sentirse triste por lo que ocurría en estos momentos, el recordar lo que habían dicho otros pilotos solitarios con sus carritos que tambien estaban allí le hizo sentir notablemente mejor... porque al presenciar tan bonito gesto por parte de todos los presentes, comprendió aún con algo de tristeza por lo pronto de los acontecimientos, que cada uno de nosotros es dueño de su propio carrito, y que sea solo o acompañado, uno tiene que cuidarlo mucho para no quedarse varado a mitad del camino, ya que al final un carrito no es solo un carrito, sinó es algo muy importante para nosotros porque no solo se comparte, sinó que se hace parte de nosotros mismos y que por ello debemos tratarlo con mucho cariño y respeto.

A la mañana siguiente todo el convoy de personas le dijeron al conductor: "Amigo... cada quien a su tiempo, pero creemos que debes intentar prender tu carrito de nuevo"... cosa que con duda el personaje intentó hacer... pero se alegró mucho de que el carrito finalmente encendiera, cosa que tambien generó alegría en todos los presentes. Acto seguido, todos los conductores y copilotos extendieron sus buenos deseos al dueño del carrito recordándole que de ahora en adelante debe cuidarlo mucho y que tuviese presente que todo vehículo sirve para muchas más cosas que para lo que el creía. La última escena de la analogía refleja a una persona viajando por esos paisajes hermosos en medio de la nada sola en su carrito, pero visto de cerca esta persona no se veía triste porque tenía puestos unos lentes de sol y mientras manejaba con una mano apoyada sobre la puerta de su carro, sabía que ahora estaba nuevamente encaminado en una vía, y que tarde o temprano llegaría al lugar al que desea llegar porque tanto el como su carrito ahora se encuentran en buen estado.

No se si esto sea un cuento o pueda ser interpretado como algo así, es simplemente una perspectiva de una de las situaciones que todos hemos vivido, y con esto quisiera dar las gracias a todos los pilotos y copilotos que han tenido la intensión de detenerse a lo largo del camino para ayudar a aquel que se quedó accidentado con su carrito en medio de lo que parecía la hermosa nada, y que accedieron a brindar apoyo desde sus propios carritos, eso sin duda se los agradezco de corazón.