miércoles, 25 de mayo de 2011

Ley de Shadow: Capítulo 1 - El día en el que todo comenzó


Yverdón - 10 años.

Creo recordar que ese gran día tenía como fecha 9 de Octubre de 1998. Había pasado medio mes desde que había cumplido los 10 años. Como a lo mejor para muchos es costumbres, la noche antes de entrar a clases yo no podía dormir, y en ese tiempo pensé en tantas cosas (Mis amigos, mis profesores, mis nuevas metas y responsabilidades, mis ansias por ser el más aplicado de la clase…) y también recordaba aquellos buenos momentos que pasé en 3º grado con mis buenos amigos de aquel entonces. Pero creo que nunca pensé que ese día en particular, iba a conocer un sentimiento, o mejor dicho, a una persona que con su mirada iba a provocar algo en mí fuera de los parámetros de mi “antigua realidad”, algo que va más allá del querer convencional que tenemos hacia nuestros seres más queridos.

Pues sí. Ya eran las 5:30 a.m, me encontraba preparado y listo para ir al colegio, ya eran las 6:30 y me encontraba frente al portón que tanta falta me hacía. Entonces llegó la hora, y se dio inicio a la conocida costumbre de realizar la selección de los alumnos para determinar en qué sección íbamos a quedar, todos los del mismo curso nos encontrábamos en fila india esperando a que la directora dijese nuestros nombres en la sección correspondiente. Cuando llegó mi nombre, fui a dar directo a la sección “A”, y en ese momento no presté atención a quienes se encontraban a mi alrededor y sobre todo a las nuevas personas que nos iban a acompañar a los tradicionales compañeros en esta sección porque francamente me encontraba muy a gusto hablando con mis viejos amigos.

Ya dentro del salón, la profesora se presentó (Miroslaba) y nos hizo presentarnos a todos y cada uno de nosotros al curso completo… Fue entonces cuando mis ojos se abrieron de par en par para apreciar a la hermosa chica que se mostró majestuosa y radiante ante mis ilusos y soñadores ojos. Mi corazón comenzó a latir más rápido y más fuerte que nunca (Mas aún que cuando se está chorreado del miedo), mi boca se quedó abierta y muda, una gran alegría estremeció mi cuerpo… (Prácticamente me sentía en las nubes):

 “He visto al amor de mi vida, sus ojos me han mostrado el cielo, su sonrisa ha llenado de alegría mi ingenuo corazón, su cabello rojo encendió la flama que produce un profundo ardor en todo mi ser, ella se ha robado mil (1000) veces mi corazón en tan solo un (1) segundo”.

Yo solo podía sonreírle aunque no sabía exactamente por qué lo hacía, tan simple como que… “Había algo nuevo en mi… algo que no podía ver, no tocar, pero sentía que existía”, era nuevo y agradable, aunque nunca me atreví a sospechar que esa misma cosa inexplicable me iba a ocasionar tantos sufrimientos y problemas en ese año de estudio en el Yverdón.

Pero regresando de nuevo al relato, ese día quería decirle yo tantas cosas, pero no pude, ya que ella era muy popular entre los suyos y yo lo era entre los míos, para representarlo mejor hablemos de “Macarras” (echadores de broma) y “Empollones” (Estudiosos empedernidos), son algo así que no los puedes mezclar porque son como agua y aceite. Además, cuando ella estaba cerca o yo me le acercaba, su presencia me inspiraba temor e inseguridad, porque no sabía exactamente que tenía que decirle, por eso me quedaba mudo y paralizado con tan solo verla de cerca.

Y me sentía como aquel que ve entre las sombras porque en 6 horas de clases, lo único que pude decirle tartamudeando y con mucho miedo fue… “HOLA”… y aunque sentí que ese día fue larguísimo por lo complejo de la cantidad de cosas que estaba comenzando a sentir, se pasó el tiempo y así concluyó mi primer día en 4º grado, obteniendo una mirada de esa linda niña semejante a esas como cuando dicen “Gallina que ve sal”.

Cap 1... Fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario