Fecha: 6/ Mayo/ 2011
Retomando el sano hábito de escribir, esperando a que una amiga llegue acá a donde estoy sentado esperándola, se me ocurrió que puede ser un buen momento para hablarles de algo que me quedó resonando hace 2 meses cuando comencé a desempeñar labores en la Unidad de Hipertensión Arterial como parte de mis pasantías institucionales.
Resulta que meses atrás tuve la oportunidad de asistir a la charla que se les da a los pacientes diagnosticados como hipertensos que van a comenzar a ser tratados en la unidad. Esta charla tiene como objetivo orientar a los pacientes e informarles sobre aspectos médicos, nutricionales, farmacológicos y psicológicos de la enfermedad, y fue en este último aspecto que escuché algo que particularmente me llamó la atención.
El señor Víctor Espinoza, psicólogo de la unidad le decía lo siguiente a los pacientes: "¡Usted Señora! (Señalando respectivamente a una mujer que aparentaba alrededor de 50 años)... ¿de casualidad ha pensado aprender un nuevo idioma?" a lo que la señora contestó algo así como que ya estaba vieja para eso. Entonces el psicólogo fue y le preguntó a un caballero: "¿Y usted? ¿ha pensado en tomar clases de actuación o teatro?" a lo cual el señor respondió algo parecido a lo que dijo la señora anterior, y así le preguntó cosas similares a 2 o 3 personas más obteniendo igualmente respuestas semejantes. Fue entonces cuando el señor Víctor dijo lo siguiente sin extenderme mucho: "Si me preguntan... Víctor... ¿Alguna vez has pensado en tomar clases de canto o te gustaría aprender a tocar cuatro?... yo habría respondido... ¡¿Yooooo?! no vale... yo no soy bueno para eso. El caso damas y caballeros es que por ahí debemos comenzar y esa es una de las cosas que debe cambiar de hoy en adelante".
Les daré un dato biológico. Nuestro cerebro estructuralmente se encuentra conformado por 2 hemisferios, 4 separaciones que cumplen funciones específicas llamadas lóbulos (Frontal, parietal, occipital y temporal), un cuerpo cayoso que une y establece conexiones entre los hemisferios, y así muchos otras estructuras que cumplen funciones precisas pero a la vez se insertan en grandes procesos orgánicos funcionalmente hablando. A un nivel aún más pequeño, hablamos de células nerviosas llamadas neuronas, responsables de la transmisión de impulsos electroquímicos que se traducen en unidades de información que circulan por todo el sistema nervioso, traduciéndose en acciones, pensamientos, sentimientos, recuerdos, emociones... en sí, como la unidad anatómica, fisiológica y funcional del sistema nervioso, es la directa responsable junto al conjunto de iguales de la vida tal como orgánicamente la entendemos.
Recuerdo haber leido hace años cuando era un niño en un "Universalito", que el cerebro era capaz de expandirse y tener las dimensiones de un tablero de monopolio, y pese a que pudiese sonar muy exagerado, el principio resulta muy válido aunque la medida de referencia pueda sonar increible. Cuando un cerebro adquiere informacón que le resulta novedosa y permita entrenar funciones como atención, memoria, inteligencia, lenguaje... entre otras que no recuerdo ahora, gracias a un proceso llamado "Plasticidad Neural" nuestro cerebro genera nuevas conexiones haciendo que ciertas áreas corticales se activen con más facilidad, traduciéndose en que desarrollamos mejoras en nuestra memoria manteniendo recuerdos por más tiempo o ecocándolos con más facilidad, o somos más atentos a detalles a los cuales no prestábamos atención, o nos volvemos más cultos y ampliamos enormemente nuestros conocimientos ya que manejamos información sobre cosas nuevas. Pero en sí, es como si de una u otra forma rejuvenecieramos nuestro cerebro mejorando nuestras capacidades, habilidades o destrezas de una u otra manera.
¿Cómo logramos lo antes expuesto?, pues aunque ya lancé una espinita lo vuelvo a repetir. Todo esto que yo expuse se puede lograr nutriendo nuestro cerebro con información que le resulte novedosa, es decir, con tan solo quebrar un poco las rutinas, dejar un tanto de lado las limitaciones autoimpuestas y aventurarse a lo que nos resulte extraño, curioso o novedoso (ojo, siempre que no incurra en el irrespeto por si mismo o por el otro). Les pongo un ejemplo; yo nunca me caractericé por ser un buen bailarín ya que de hecho no me gustaba bailar, tal como también aunque admiro y respeto mucho a quienes hacen teatro, nunca me animé a intentar participar en ese mundo más allá de ser un mero admirador. Un día decidí dejar el miedo y me lancé al agua con estas cosas y sorpendentemente aprendí a bailar (Para los que me conocen, saben que es un milagro), y hoy por hoy ensayo con un grupo teatral integrado por personas muy simpáticas y talentosas, y estamos montando una obra bastante interesante.
El caso damas y caballeros ya para cerrar este capítulo, aunque yo no sea el mejor ejemplo que pueda ofrecer les digo que en su momento, cuando me preguntaban si quería hacer tanto estas como muchas otras cosas dije: "¡¿Yoooooooo?! no vale...yo no soy bueno para eso". Pero hoy en día, ahora que ya las hago siento que mi mundo se ha ampliado enormemente y que de alguna manera, mi cuerpo y mi cerebro bien lo saben porque se nota la diferencia y ciertamente lo agradecen. Quizá un buen comienzo para cualquiera de ustedes pueda ir por aquello que no creamos poder hacer.
"¡¿Yoooooo?!... ¡Si vale!... ¿Y por qué no?"
Cap 11... Fin.
La plasticidad cerebral es un tema fascinante, es una de las capacidades fisicas que nos hacen tan especiales, y como dices, el aprendizaje y la resolución de problemas motivan a este "re-cableado" de nuestros circuitos neuronales.
ResponderEliminarEsta es un area de interes para cientificos de computación quienes diseñan nuevas arquitecturas de computo basadas en esta plasticidad fisica, asi es, hay gente creando computadoras que son capaces de re-cablearse, en busqueda de imitar de forma mas facil los siempre mejorados modelos de nuestro cerebro.
Es solo cuestion de tiempo y tendremos un cerebro artificial, ya veremos que podemos hacer con el.
Fijate que interesante todo este asunto. Recuerdo que leí hace tiempo según un artículo que tu compartiste algo con respecto a células a base de elementos metálicos que estaban vivas, yo creo ingenuamente y por eso las llamaría así que puede ser el inicio de las células Meca (Mecha). Imagina lo que pasaría si a ese cerebro artificial logras añadirle componentes de células meca que puedan comportarse como las células madre (aquellas que pueden acoplarse perfectamente al lugar en el que son insertadas y asumir roles funcionales como las células originalmente de dicha área), estaríamos ante lo que pienso que podría ser el verdadero inicio de la vida artificial.
ResponderEliminarAl saber lo fascinante que es el cerebro y lo cada vez más cercano que las investigaciones logran emular por medios artificiales las funciones del mismo. Es casi imposible pensar que aquello que hace 10 años pudiese sonar utópico o irreal cada vez está más cerca del alcance de la mano. También falta ver que implicaciones o con que intensiones dicha tecnología puede ser utilizada... pero realmente me crea una grata incertidumbre pensar en los alcances que todo puede llegar a tener, y me encantaría vivir lo suficiente por lo menos para llegar a ver los inicios de ello.